La guionista Verónica Triana, quien ha trabajado en la escritura de adaptaciones de obras literarias en series como Noticia de un secuestro, Secuestro del vuelo 601, Delirio y Objetivo 4 (Comando Élite), cree que una de las razones por las que en la actualidad en Iberoamérica hay una tendencia mayor de llevar grandes libros a la televisión se debe al auge de las plataformas de streaming.
“Tenemos grandes escritores y obras literarias que se han leído en todo el mundo. Ahora, con la llegada de las plataformas, hay mayores presupuestos que nos permiten hacer este tipo de obras que eran más difíciles de realizar por falta de recursos”.
Otro aspecto que considera relevante es el formato que se utiliza en la televisión actual. Las novelas literarias, señala, a menudo “se adaptan mejor a series limitadas o de dos temporadas, en lugar de los formatos largos tradicionales de la televisión abierta, con 60 u 80 episodios”.
Eso sí, recuerda que siempre se han adaptado libros a la TV y sobre todo al cine, porque son propiedades intelectuales que ya fueron probadas y por lo tanto, tienen la capacidad de atraer audiencias. Destaca que ahora hay un fenómeno curioso porque muchas personas llegan a los libros, gracias a las producciones audiovisuales: “Sabemos que la gente lee muy poco y el audiovisual es un medio más popular y masivo. En muchos casos son obras que se escribieron hace mucho tiempo, por lo que hay quienes no la conocen. Por eso creo que la industria editorial se está viendo beneficiada”.
CLAVES DE UNA BUENA ADAPTACIÓN
Triana, que junto a su familia tiene la productora Dramax, explica que para adaptar un libro se requiere una libertad creativa que permita modificar el contenido original para ajustarlo a las exigencias de la pantalla.
“Son dos lenguajes diferentes” explica. “El lenguaje literario tiene un ejercicio de imaginación que cada lector se imagina. El audiovisual, al trabajar con imágenes y no palabras, es mucho más concreto, y te exige otros elementos que la literatura no”. Para Triana, la adaptación no se trata de una “traducción” del texto literario, sino de una reinterpretación que le de nueva vida a la obra en otro formato.
En su experiencia como adaptadora, Triana estudia detenidamente los libros antes de comenzar el proceso de escritura, pero llega un punto en el que se distancia de la obra original para no quedar atada a ella. “Cuando tengo la primera estructura, no los vuelvo a mirar, y llega un momento en que uno casi se olvida de la novela”. Sin embargo, en ocasiones regresa a la obra fuente en busca de pistas o claves cuando siente que algo no está funcionando en la adaptación.
COMUNICACIÓN CON EL AUTOR
Sobre su trabajo en Noticia de un secuestro, Triana destaca la colaboración con Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, autor de la obra. “Rodrigo siempre se preocupó mucho por hablar continuamente con Maruja, la protagonista y fuente principal de la novela” relata. “Para él, era muy importante tratar este tema con total seriedad, más allá de lo contractual. Era un tema ético”.
En cuanto a la reciente adaptación de Delirio, novela de Laura Restrepo y que TIS realizó para Netflix, Triana enfatiza la apertura de la autora hacia los cambios necesarios para la versión audiovisual.
“Laura nos dijo: ‘Entiendo que mi novela es literatura, que han pasado 20 años desde que la escribí, y que ahora ustedes, con el lenguaje audiovisual y con la distancia, van a hacer algo nuevo'”. Este diálogo con los autores, según Triana, es fundamental para mantener la esencia de los personajes y la historia, mientras se reinterpreta el contenido para un nuevo medio.
En suma, para Verónica Triana el proceso de adaptación es una oportunidad para crear una simbiosis entre la literatura y el cine, dos mundos que navega con pasión gracias a su formación en ambos campos.
Édison Monroy