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El sistema no tiene menos dinero, sino que está recalculando cómo y dónde utilizarlo

Axel Kuschevatzky

El mercado de la producción y distribución de contenidos está entrando en una etapa de madurez y, tanto plataformas como productores, exploran alternativas para financiar sus contenidos.

“El aprendizaje de todos los actores del sector es acumulativo y, a medida que pasa el tiempo, no solo va cambiando la realidad de los streamers, los productores y los mercados, sino que empezamos a tener más claro qué funciona y qué no. Una vez que el sistema entra en un estadio de mayor madurez, los streamers empiezan a pedir lo que les sirve, tanto en tipo de contenidos como en fórmulas de negocio” apuntó Axel Kuschevatzky, confundador de Infinity Hill, productora con sede en Los Ángeles que produce tanto en Reino Unido como en varios países de Latinoamérica.

El productor apuntó que la pandemia creó una lectura distorsionante del mercado. El encierro mantuvo al mundo viendo contenidos y los grandes jugadores decidieron que tenían las herramientas suficientes para tener sus propios streamings y suplirlos con su propia producción, cuyos costos subieron entre 10% y 25% por aplicación de protocolos. Pero cuando el encierro terminó la gente retomó sus actividades y la forma de entretenimiento habitual (recitales, teatro, cine, reuniones). Así, la energía en inversión puesta en el consumo hogareño cambió de rumbo.

“Ahora bajó la espuma, no tenemos la relación que teníamos con el consumo hogareño y el sistema empezó a recalcular los fondos que tenía, cómo usarlos y en cuáles mercados. No es que haya menos dinero, es más una cuestión de decidir dónde colocarlo” explicó Kuschevatzky.

MODELOS DE NEGOCIO
El cofundador de Infinity Hill, productora de grandes títulos como El secreto de sus ojos, Argentina 1985, El gerente y otros, apuntó que las fórmulas de negocio están en constante evolución. “Como productor siento que los modelos que estamos charlando hoy son justamente eso: los que estamos charlando hoy. Los streamers están buscando de la misma manera que los productores estamos buscando. Todos estamos tratando de entender quién está del otro lado y qué lo hace elegir. Estamos en la misma curva de aprendizaje”.

Los originales, donde la plataforma financia el proyecto completo y se queda con los derechos enteros a perpetuidad, continúan existiendo. Para las series latinoamericanas, que tienen como explotación primaria el mercado local, es una buena forma de financiación.

Las licencias, donde la financiación no es del 100% y los derechos son por tiempo determinado, están creciendo. En esta fórmula el productor debe salir a conseguir socios y, en algunos casos, apoyo de fondos públicos. Así nació la británica Stage, donde la BBC pagó a Infinity Hill una licencia como primera ventana en Reino Unido y por cierta cantidad de años, mientras que la productora conservó las ventanas secundarias en Inglaterra y el resto del mundo.

En el caso del cine, en el modelo de licencia el streamer toma la película por un tiempo determinado en mercados determinados sin bloquear el theatrical. “Los streamers están comprendiendo que sin theatrical no es posible calificar a premios y que además es una fuente de ingresos potencial que no atenta contra el desempeño en la plataforma, sino que incluso genera un preconocimiento de los proyectos antes de que lleguen al streaming” comentó Kustchevasky.

Argentina 1985 tuvo un desarrollo antes de ser presentada a Amazon, que se sumó como coproductor. De manera que tanto los costos como el IP son compartidos. “Nosotros siempre trabajamos los originales en relación de coproducción, aun cuando la plataforma financie todo o la mayor parte del proyecto (…) Defendemos mucho el espacio de los productores locales en el proyecto, nos parece importante la copropiedad”.

Además, es clave tener en cuenta que para que una película sea representativa de un país no puede ser un servicio de producción sino una coproducción. “En Europa la nacionalidad de una película no está en duda si es un servicio de producción. En Latinoamérica, los votantes de las academias de cine de la mayor parte de los países, que son los que seleccionan las películas para los Óscar, consideran importante que la película sea genuinamente local, sin ambigüedad, que el talento creativo sea local, que el país representante sea mayoritario. Esto explica por qué muchas películas son coproducción y no originales o licencias” explicó Kuschevatzky, quien tiene conocimiento al respecto pues fue expresidente de la Academia de Cine de Argentina y es miembro de la Academia de Cine de España.

Marcela Tedesco

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