Junto a la demanda de contenido original de las plataformas de streaming y el cada vez mayor interés de las audiencias globales por producciones en español, surge América Latina como un gran jugador en la exportación de productos audiovisuales.
La región aporta diversidad e historias con puntos de vista novedosos y atractivos, equipos creativos con propuestas innovadoras, además de factura de calidad. Aún falta sortear baches que pueden poner en riesgo este papel protagónico en el mercado de contenidos.
Una consulta con productores y expertos revela la agenda por atender, que tiene aspectos como la necesidad de políticas públicas favorables, que los gobiernos de los países valoren la industria audiovisual por su poder de activación de la economía y, junto a ello, lleguen incentivos a la producción y estímulos, facilidad para la movilidad entre países a efectos de propiciar producciones conjuntas, programas de formación de recursos humanos, junto a una industria interconectada y organizada, además de infraestructura
La importancia de formar al personal técnico
El documento Detrás de cámaras: Creatividad e inversión para América Latina y el Caribe, impulsado por el BID y Netflix, identifica la necesidad de capacitar al personal técnico en la industria audiovisual, así como reforzar conocimientos y tecnologías, sobre todo en puestos relacionados a efectos especiales, efectos visuales, paisajismo y dobles de acción, además de otros relacionados con el talento, como guiones y maquillaje. Advierten que muchos de los productores entrevistados para el estudio dijeron que sus países enfrentan un “cuello de botella” en materia de talento audiovisual.
Juancho Cardona, director de 11:11 Films, dijo a PRODU que la movilidad que se genera en los equipos técnicos afecta la especialización, cada vez más necesaria: un asistente de director aspira a ser director, con lo que se perderá un buen asistente. Lo deseable según su punto de vista es que el asistente se haga cada vez más eficiente en su área. Para Billy Rovzar, productor y CEO de Lemon Studios, la escasez será de showrunners y escritores: el corazón de una producción de calidad.
Más allá del tema operativo: volumen de producción y demanda de personal técnico, hay consenso en la idea de que, con personal apropiadamente capacitado, se realizarán producciones con la calidad que requiere el mercado, y así Latinoamérica podrá imponer su sello.
La diversidad como riqueza
La región no solo cuenta con diversidad de paisajes, culturas, puntos de vista, razas y etnias, historias que son parte de una identidad que proviene del intercambio, mestizaje y aportes de migraciones, además resultado de una región llena de contradicciones e injusticias, pero también joven y emprendedora. Cuenta también con las mujeres que, sin que haya sido fácil, logran cada día posiciones más relevantes en puestos de liderazgo, aportando no solo puntos de vista sino estilos distintos de organizar y gerenciar equipos de trabajo.
Francisco Ramos, VP de Contenido para América Latina de Netflix, destacó en la apertura de las nuevas instalaciones de los Estudios Gabriel García Márquez de Argos, en Ciudad de México, que el relato audiovisual es una de las formas más contundentes y universales de construir identidad “nos cuenta y muestra con un espejo quiénes somos, cómo fuimos y, muy especialmente, cómo podemos ser”, por lo que no puede ser producido desde un solo punto de vista, pues debe representar a todos quienes son parte de la región.
En ese mismo evento Epigmenio Ibarra, director general de Argos Media Group, destacó la importancia de invertir en infraestructura: ese día inauguraron el complejo Dolby Atmos con seis salas, un teatro-foro y un set de producción virtual, el segundo en su tipo en América Latina.
Tendencias en contenido
La consulta con productores revela que las historias deben ser cada vez más locales, aunque aborden dilemas universales, están impulsadas por la construcción de personajes complejos y sus conflictos más que por el devenir de la acción, y cuentan con cuidados valores de producción. La clave es que sean y se sientan auténticas y honestas.
Sin embargo, no se impone el formato corto, pues ello dependerá de la pantalla, y, sobre todo, de la historia. “Las pantallas cada vez son más y los públicos totalmente diversos, los formatos largos no dejarán de existir, de hecho, cada vez son más apetecidos inclusive en las nuevas plataformas. Además, los formatos corresponden no solo a públicos y pantallas sino a la historia y eso lo han entendido muy bien los canales premium” dijo Ana Piñeres, socia y productora creativa de CMO Group.
Otro consenso es que el melodrama se impone. La telenovela ha evolucionado —se ha acortado, se ha vuelto más dinámica— e incluso han surgido nuevos términos, como “la telenovela Netflix”. Las historias de amor son preferidas por la audiencia no solo regional sino global. Magdalena La Rotta, VP de Contenido Original de TeleColombia, afirma “Tenemos el melodrama en nuestro ADN y con mayor o menor intensidad, siempre está presente en nuestras historias”.
La coproducción, no solo con el objetivo de alcanzar más recursos económicos, compartir riesgos y equipos de producción o talento, sino por el ejercicio creativo que trae al incluir distintas miradas, es otro horizonte en el que la región ha venido creando caminos y procesos. Pero va más allá. Según Alejandro Rincón, CEO de Endemol Shine Boomdog, consolidar el mercado es interconectar y generar muchas y diversas posibilidades a empresas distintas que se ocupen del sector. México como epicentro de la producción para la región es una ventaja para Latinoamérica, porque impulsa a la industria el tener todo en un solo lugar.