Las telenovelas mexicanas, piedra angular del entretenimiento en Latinoamérica, están experimentando una transformación en su producción y narrativa. Esta evolución se debe, en gran parte, a la incorporación de tecnología avanzada y la participación de cineastas de renombre, lo que está elevando el estándar de calidad hacia niveles más cercanos a las producciones cinematográficas y de streaming.
“No me interesa competir con las series ni con las plataformas, lo que me interesa es que con este producto la compañía se vuelva a poner en el número en contenidos de telenovelas, tuvimos ese lugar y no tenemos por qué perderlo. Hay más propuestas, sí, hay más gente que se ha volcado hacia este tipo de contenido, sí, están los coreanos, brasileños, colombianos, pero México tiene seguir dando este producto, ese es el reto de actores, producción y cuando logremos nuevamente ese posicionamiento estaremos dando el gran paso. Televisa lleva años haciendo el género y se tiene que marcar en cada proyecto que hacemos” dijo Juan Osorio, productor de TelevisaUnivision.
El productor, quien ha sido uno de lo que ha apostado por llevar la telenovela a otro nivel, principalmente con sus más recientes apuestas, El amor invencible y El amor no tiene receta, afirmó que tuvo que cambiar la logística de cómo hacerla, “con equipo de iluminación portátil, un fotógrafo, lentes con tecnología de corrección de color, y muchos elementos más que ayudan a darle una mayor calidad y convertirlo en un producto que pueda viajar internacionalmente”.
NUEVAS TÉCNICAS DE FILMACIÓN
Una de las figuras clave en esta metamorfosis es el director de cámaras, y es Juan José “J.J.”, quien ha sido fundamental en la implementación de nuevas técnicas de filmación en las historias antes mencionadas: “Estamos usando mucho movimiento, planos secuencias, masters, encuadres cerrados, para tener un nuevo material. Manejamos óptica prima con zoom, mucha telefoto que nos ayuda a contar la historia de otra forma” y añadió que estas innovaciones están diseñadas para ofrecer una experiencia visual más dinámica y atractiva, superando los límites tradicionales de las telenovelas.
La producción moderna también enfrenta desafíos técnicos considerables, especialmente cuando se filma en locaciones en lugar de estudios controlados; sin embargo, los equipos han logrado integrar nuevas tecnologías de manera efectiva, mejorando la calidad visual y narrativa de las producciones.
VISIÓN CINEMATOGRÁFICA
La apuesta por incluir en estas producciones a directores nativos del cine en la creación de estas nuevas telenovelas, le da una visión diferente al producto. Un ejemplo de estas incursiones es la llegada de Bonnie Cartas, directora con una sólida herencia cinematográfica, quien ha logrado incluir en las telenovelas un lenguaje visual que se acerca más al cine y las series de streaming: “La telenovela es un formato que no pretende ser una serie ni una película, es una historia que se cuenta en determinados capítulos” explicó, y agregó que productores como Juan Osorio “nos permiten hacer de la telenovela un lenguaje visual diferente, más cercano al cine y las series, con un cambio en el manejo de actores, en la escenografía y el movimiento de cámaras, logrando un producto innovador que se refleja en la pantalla”.
Este cambio en la producción también responde a las expectativas de una audiencia cada vez más exigente y educada en las diversas plataformas de streaming y redes sociales. Para Luis Urquiza, director de Cautiva por amor, historia con la que TV Azteca regresa a las telenovelas, comentó: “La audiencia está educada por las diferentes plataformas y lo que pasa en las redes sociales, tienen sus televisores con pantallas de buena calidad y buen sonido, entonces para nosotros como técnicos y creadores es un reto”.
Urquiza enfatizó la importancia de no perder la esencia de las telenovelas mientras se incorporan estas innovaciones: “Primero no hay que fallar en la manera de ser telenovelas que cuentan las historias, y luego ya que cumplimos el plan de trabajo, está la toma extra, la propuesta extra de actuación, en donde hay ciertos momentos que ayudan a que la historia sea diferente o nos voltean a ver porque estamos tocando un tema que impacta a las familias”.
PRODUCTORES DE TV Y STREAMING
Para otros productores como Giselle González, haber brincado a la producción de series para streaming, con Senda prohibida, luego de ser exclusiva de telenovelas, se convirtió en un aprendizaje que le permitió ver y producir el melodrama con otra mirada, y así lo hizo con su reciente proyecto Marea de pasiones para Las Estrellas:
“Te enfrentas a un formato, a una técnica, a un lenguaje visual y a una velocidad muy distinta. Nos tuvimos que enfrentar a cámaras diferentes, a foquistas, fotógrafos, pero con la oportunidad de mezclar elementos de la producción de una telenovela. Tienes que cambiar tu manera de hacer las cosas. Me he caracterizado siempre por hacer productos diferentes y eso me ayudó a entender de forma más fácil un cambio y que cada ventana tiene su manera de contar las cosas. Es un proceso que hoy en día sé que puedo implementar en otro tipo de contenidos que realice, mezclando estos dos mundos”.
Es así como las telenovelas mexicanas están viviendo una etapa de renovación que busca combinar la tradición con la innovación. La integración de tecnología avanzada y la participación de directores y técnicos con experiencia cinematográfica están elevando la calidad de estas producciones, adaptándolas a las expectativas de una audiencia moderna y exigente. Este proceso de evolución no solo mejora la calidad visual y narrativa, sino que también preserva la esencia de las telenovelas, asegurando su relevancia y atractivo en el competitivo mundo del entretenimiento.
Vanessa Maldonado