Antes de 1998, en Colombia existían solo dos canales de televisión de cobertura nacional que eran conocidos en principio como primera y segunda cadena, y después, como Canal Uno y Canal, controlados por el Estado, y programadoras como RCN, Caracol, RTI, Coestrellas, Jorge Barón TV, Punch, Cenpro, JES, Televideo, entre otras, producían los contenidos.
Después de ganar una licitación para convertirse en canales de TV y pagar US$95 millones, Caracol Televisión y RCN Televisión obtuvieron la licencia que les permitía operar como canales privados de televisión para emitir su señal en todo Colombia. Así fue como el 10 de julio de 1998 comenzaron a emitir su señal y ya han cumplido 25 años al aire.
En estos 25 años de existencia el crecimiento del audiovisual colombiano ha sido gigantesco, de tal forma que pasó de ser poco conocido a ser uno de los referentes en el mundo, especialmente en televisión.
“El talento en Colombia siempre ha existido y antes de los canales privados se habían hecho muy buenas telenovelas, algunas de ellas como Señora Isabel, Café con aroma de mujer, Las Juanas y tantas otras, que se transmitieron en otros países sobre todo vecinos. Sin embargo, fue con los canales privados que se potenció la producción y aumentó la calidad, y vinieron rápidamente vinieron los grandes éxitos globales” explica Andrés Hoyos, periodista de El Tiempo, el diario más influyente de Colombia, y quien es especialista en cine y televisión.
EL BOOM DE LA TV COLOMBIANA
Tan solo un año después de la transformación de RCN televisión como canal privado, se estrenó Yo soy Betty, la fea, que fue un fenómeno de sintonía, al punto de que hoy en día es considerada por los World Guinness Records como la telenovela más exitosa de la historia. Una situación similar sucedió con Pedro El Escamoso, de Caracol Televisión, que
se estrenó en 2001, tan solo tres años después de cuando empezó la señal privada, y también tuvo una gran repercusión en el mundo.
A partir de ese momento, el planeta volteó a mirar a Colombia y a pedir sus contenidos para transmitirlos en otros países. Esto tuvo como resultado que se industrializara y profesionalizaran más por procesos de producción.
Por ejemplo, las telenovelas pasaron de ser una historia de autor (como Fernando Gaitán, Dago García, Bernardo Romero Pereiro, Julio Jiménez, entre otros), a ser hechas por equipos de escritores, ante la necesidad de que los capítulos se escribieran más rápido y de mayor extensión (pasaron de 30 minutos a 60 en promedio). Lo mismo sucedió en el caso de la dirección, donde se pasó de una única cabeza a tener dos e incluso tres directores para una misma serie o telenovela.
Aunque casi siempre tienen un poco de humor, incluso en la tragedia, la televisión colombiana siempre se ha caracterizado por ser diversa en sus historias y sus géneros. Esa exploración se potenció aún más con Caracol y RCN televisión como canales privados, y ha sido una de las razones del éxito de sus telenovelas y series, al punto en que hoy en día según cifras oficiales de los canales exportan al año más de 20 mil horas de programación.
“El gran aporte que le han dado los canales privados al audiovisual colombiana es que han potenciado el retrato de los colombianos, para que sea más sólido y más trabajado. En las producciones colombianas se ve la naturaleza colombiana, tanto en la comedia, como la tragedia o el drama” analiza Hoyos.
Esto también sucedió en la producción de concursos, talent shows y realities. Al tiempo que se produjeron los más grandes formatos exitosos en el mundo como Gran Hermano, Survivor, Quien quiere ser millonario, entre otros, en una época en la que apenas estaba naciendo y afianzándose el género de la telerrealidad en el mundo, en Colombia ya se estaban haciendo contenidos propios, como por ejemplo fue el caso de El Desafío, de Caracol Televisión, que tuvo su primera versión en 2004.
META: AUDIENCIAS GLOBALES
Se suma a todo lo anterior, que estos dos canales privados en Colombia han procurado siempre estar a la vanguardia de la tecnología. Poco tiempo después de que un avance de este tipo sea implementado en el mundo, en RCN y Caracol ya se está probando, y el talento técnico aprendiendo como se opera.
Sin duda como canales privados, estas dos compañías han sido vitales para el crecimiento de la televisión colombiana. Con su diversidad de novelas, series, concursos, realities y magazines de entretenimiento, han sido el pulso narrativo de Colombia, capturando la esencia de su gente y sus historias. No obstante, diferente a hace 25 años, se enfrentan a una realidad diferente en que la que más que canales de televisión, son grandes productores de contenido, y de forma consciente, ya no solo se enfocan en entretener a los colombianos, sino a audiencias del todo el mundo.
