Colombia tuvo una de las dictaduras más extrañas de la historia mundial, porque produjo una evolución importante como nación. Entre 1953 y 1957, el general Gustavo Rojas Pinilla llegó al poder luego de un Golpe de Estado y en su gobierno, aunque hubo represión, no se caracterizó por ser tan cruda como en otros países de la región. Por el contrario, el militar buscó un desarrollo de país con la construcción de carreteras, puentes, aeropuertos, e incluso le dio más poder a la ciudadanía, ordenando el voto de la mujer.
Entre estos desarrollos trajo a Colombia uno de los inventos más importante de ese momento: la televisión. Fue así como la primera transmisión televisiva en Colombia sucedió el domingo 13 de junio de 1954. Aquel día, hubo un programa inaugural que incluyó un discurso del presidente además de noticias, música clásica, humor musical y la adaptación de un cuento llamado El niño del pantano del escritor Bernardo Romero Lozano.
Desde ese momento han pasado 70 años de una rica historia audiovisual, en la que se han destacado los talentos colombianos delante y detrás de cámaras, y cientos de producciones que se han visto más allá de sus fronteras.
“La televisión colombiana se ha caracterizado por estar muy acorde a sus tiempos. Nos narra como país y como sociedad en sincronía con la época que estemos viviendo. Aunque no se crea, eso no es común en la televisión de otros países, por lo que es un diferenciador de Colombia y una de las razones por las que sus historias sean de fácil identificación en otros territorios” asegura Dago García, VP de producción y contenido de Caracol Televisión.
VIAJAN POR EL MUNDO
Desde mucho antes de la llegada de las plataformas de streaming, las producciones colombianas ya viajaban por el mundo, algo que se multiplicó desde los 90 gracias a telenovelas insignia como Café con aroma de mujer, Yo soy Betty, la fea y Pedro el escamoso.
“La dirección creativa juega un papel crucial en el éxito de cualquier producción. Yo soy Betty, la fea y otras telenovelas exitosas no solo se distribuyeron ampliamente, sino que también se adaptaron en varios países, aumentando su alcance y popularidad” señala André Didyme-Dome Fuentes, editor de cine y TV de la revista Rolling Stone.
Como parte del éxito de las producciones, que luego fue secundado por otras tantas series y telenovelas, como Pasión de gavilanes, Nuevo rico nuevo pobre, La saga, Escobar el patrón del mal, La Pola, El capo y tantas otras, han nacido y siguen naciendo decenas de productoras ávidas por contar historias.
A esto se ha unido unas políticas de Estado con incentivos fiscales tanto para compañías nacionales como extranjeras, que lideradas, promocionadas y salvaguardadas por Proimágenes Colombia, se han mantenido y evolucionado por más de 20 años, al punto de que hoy son reconocidas en el mundo. Esto ha permitido que grandes compañías internacionales lleguen a Colombia a rodar sus proyectos, hecho que repercute no solo en la economía de la nación, sino en la preparación de los equipos de producción nacionales que cada día son más expertos.
“El crew colombiano tiene una capacidad y un expertise muy grande dentro de la región. El colombiano de por sí es apasionado, estructurado y tiene deseo de hacer las cosas mejor y eso se ve en el día a día de trabajo. Cuando tú tienes un crew colombiano, siempre está la posibilidad de hacer las cosas mejor cada día” afirma Juancho Cardona, cofundador y director general de 11:11 Films & TV.
RETOS EN LA ERA DEL STREAMING
En la era del streaming, Colombia se ha consolidado como referente audiovisual en la región, y la gran mayoría de las plataformas como Netflix, Prime Video, Disney o ViX, tienen dentro de su catálogo producciones originales que marcan altas cifras de audiencias como La reina del flow, Canto para no llorar, Arelys Henao, Pálpito, La primera vez, Secuestro del vuelo 601, Pedro el Escamoso más escamoso que nunca, La sustituta o Betty la fea; casos por los que algunos califiquen que se esté en una edad de oro de la tv colombiana.
“La afirmación tiene fundamentos sólidos. Varios factores respaldan esta idea, aunque también hay aspectos que sugieren una visión más matizada. Las producciones colombianas han mejorado significativamente en términos de calidad técnica, guiones, actuaciones y dirección. La inversión en tecnología y talento local ha elevado el estándar de las series. Además, las series colombianas han sabido capturar la esencia de la cultura y realidad del país, presentando historias auténticas que resuenan tanto a nivel local como internacional” agrega Didyme-Dome Fuentes.
Por supuesto, todavía faltan muchas cosas por mejorar. Como afirma el experto consultado, “aunque hay series que han alcanzado gran éxito, esto no necesariamente refleja una tendencia sostenida. La calidad y éxito no son uniformes en todas las producciones. La industria televisiva en Colombia aún enfrenta retos en términos de financiamiento y apoyo institucional y las producciones muchas veces dependen de productoras internacionales para alcanzar altos estándares”.
En este Especial Colombia 2024, PRODU presenta la visión de distintas compañías nacionales y extranjeras que comparten las oportunidades que ven el país, la evolución del audiovisual, de sus próximos proyectos, de las historias para contar y de las distintas formas de coproducción y alianzas que buscan para que el audiovisual colombiano siga creciendo y consolidándose como referente mundial.
Édison Monroy
